miércoles, 19 de noviembre de 2008

Lucas Rodríguez Luis en Lapapelera #4


ENEMA DE GINSENG

Paso mi vida, al menos

1/16 parte

dentro de un autobús

rodeado de gente a la que odio

sin conocer si quiera sus nombres

esperando bajo una marquesina endeble

y sucia

que aparezca el rectángulo rojo

entre las callejuelas de mi barrio

(Vallecas, la pequeña Rusia en tiempos de Franquito

que lejos queda no ya el tiempo sino los ideales)

paso las siguientes 3/8

sentado, catatónico,

devorado por el sueño y lo absurdo

de un esclavismo asumido,

frente a una pantalla plana marca DELL

un teléfono, normativas, una tabla de armados de acero

y una ventana con vistas a la ruidosa Puerta de Alcalá

(que lejos queda no ya la canción sino la alegría de cantarla)

mi jefe debe usar enemas de ginseng

bailotea de acá para allá con energía

manda, ríe, trabaja, es tan efectivo

que me agota sólo escucharlo.

Estoy desperdiciando 7/16

de mi estancia en este planeta

ni siquiera

los 4 ó 5/16 en los que duermo

me aseguran que esto es real

(en la puta cueva de Platón nadie dormía

demasiadas luces, demasiadas sombras…)

sé que me restan poco más de 6

de estas 16 partes de toda esta basura

pero qué más da

debo conseguir ese enema de ginseng,

mantenerme con vida,

ese remedio contra las dudas, contra el libre albedrío

contra el sentido real

Justifícanos

santo enema de ginseng

haznos efectivos.

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