lunes, 7 de noviembre de 2011

Mono-dialéctica

Dialéctica negativa, posiblemente; o in-sorprendida; o del hastío; o hipernegativa. Mono-dialéctica:

Hubo grandes hombres que la historia olvidó y difícilmente recuperará:



y débiles de mente sin valor especial alguno salvo el proporcionado por una retadora y temeraria ignorancia, que pusieron su zarpa en ella dejando una mancha grasienta que nunca podrá limpiarse; aunque apenas sepan leer, y poco más. Y de estos no pongo fotos, que ya salen/saldrán en los libros y tienen/tendrán calles, por desgracia.

Según Hegel, causa y efecto son eslabones del desarrollo de la sociedad,  lo que existe no existe porque sí, responde a una necesidad interna de todas las cosas, que las hace ir evolucionando según una oposición de los extremos. De esta conjunción de ambos surge el cambio, un nuevo estado superior, más desarrollado, pero que a su vez tiene una antítesis que lo fuerza a un nuevo cambio, un nuevo desarrollo.

Dialéctica negativa, dije; puede ser que de la unión de las antítesis, surgiera un estado inferior. Horkheimer, que vio cosas impensables de un escenario desarrollado según la lógica hegeliana, se inclinó, como torre de Pisa, hacia esa idea.

Y uno, que desgraciadamente comprueba que hoy, justamente hoy, no hay fútbol televisado (o sí, pero es otro Barça-Madrid), se plantea si en la dialéctica actual, negativa, se ha llegado a un punto en que las antagonías ni siquiera lo son, y que de su unión, confrontación, mestizaje, maceración, fermentación o destilación no puede surgir, ni a mejor ni a peor, cambio alguno. 

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