Se considera en peligro grave a aquellos idiomas que pueden desaparecer en cuestión de una o dos generaciones completas o, de otra manera, unos cien años.
Durante el siglo ventiuno desaparecerán por tanto 3.000 idiomas, lo que significa un idioma perdido cada 12 días.
La lengua, lejos de ser una herramienta, es un escenario: hay idiomas en los que las palabras no tienen género y otros en que los mismos conceptos son designados de distinta manera según sea la palabra usada por un hombre o una mujer. Usando un ejemplo real (cambio sólo el animal, porque tejón no tiene gracia), marrón se díría "pene de toro" por un hombre, "coño de vaca" por una mujer.
El sol es femenino en alemán, masculina la luna. Toda la imaginería derivada de ambos astros en dicho idioma seguirá esa percepción, tan contraria a su homóloga en, por ejemplo, castellano.
Ante estos hechos o las incontables maneras de decir león en árabe, nieve en "esquimal", lluvia en asturiano, diferenciando matices que son imposibles para otras formas de habla sin caer en el cenagoso mundo de la descripción, parece claro que el lenguaje es una de las primeras y más íntimas formas de la cultura, a la que las demás imitan mediante el uso de distintas herramientas (inlcuyendo a la propia literatura, cuya herramienta principal es, precisamente, el idioma). Cultura como parte de una identidad compartida del ser humano que va más allá, o directamente por otro sitio, de posibles fronteras, himnos o banderines, y que implica formas de ver, sentir, entender o diferenciar según qué factores ambientales comunes.
Puede entonces que la pérdida de una lengua pudiera definirse como la pérdida de una perspectiva, de una realidad, de un mundo que dificilmente podrá nunca más ser descubierto. Uno cada doce días.
3 comentarios:
Compañero, me ha encantado este post.
No es peloteo.
Un beso
La Etnolingüística no habría podido decirlo mejor ;)
60 lenguas habladas por una sola persona, ¿y con quién hablan?
Qué penita me está dando.
Estupendo post.
Rebeca
Publicar un comentario