martes, 21 de abril de 2009

Planetario (1er bis)


La poesía en La Rioja en el contexto de la poesía contemporánea española.

Así se llama el acto que ha de reunir a los amantes de la mejor y más alta poesía el jueves, 23 de abril, Día del Libro, en el Salón de Actos del Centro Cultural Ibercaja (Portales, 48).

Un acto que viene a confirmar el extraordinario momento del género escrito en La Rioja.

Organizado por el Aula de Cultura del Diario La Rioja, los poetas incluidos en la antología se darán cita, acompañados por el poeta y crítico literario Jaime Siles, para contarnos la gestación de una obra que nace con vocación de referente. Cabría recordar que los poetas antologados, además de por su calidad (a estas alturas, más allá de bandismos y pequeñas mafias locales hay hechos y obra que no se puede negar), son también el grupo responsable de uno de los motores culturales de esta tierra:

la activa Asociación Cultural Planeta Clandestino y su sello literario y musical Ediciones del 4 de Agosto, responsables del festival Agosto Clandestino y de la edición de más de ciento treinta libros.

lunes, 6 de abril de 2009

Planetario

« La poesía para algunas cosas, para casi todas, es como la vida. A veces mejor y otras peor, un poema puede ser bueno un día y horrible el otro y la cuestión se complica si añadimos que esta percepción no es solo la del escritor, pues en este universo conviven poetas, lectores, libreros, críticos y estudiosos (aunque lo de decir que conviven no deja de ser una inocente forma de entender las cosas). La poesía, como dice la cita que introduce este texto, es un sueño hecho realidad, una imagen que la mente genera bien desde la ficción bien desde una percepción de un hecho real; la mente la modifica y la modela, la ficciona (pues la poesía siempre es ficción, nunca podrá no serlo), la arrebata de las fauces del sueño y la empuja al papel en blanco que antes se creía infranqueable. La poesía es como la vida, hace posibles cosas que pertenecen a esferas que no alcanzamos a entender y así, de la nada, surgen proyectos y poetas, libros y más libros, y en la conjunción de todo esto un grupo de activistas deciden ponerse el mundo por montera y lanzarse no sólo a escribir sino también a editar sus textos y los de los demás. Porque la vida también es eso, al igual que la poesía, cerrar los ojos y creer en lo que los demás cuentan como imposible, hacer del reto una forma de vida, de la supervivencia del sueño una bandera, una ideología. En La Rioja hay más de una religión, en todos los sitios las hay, pero allí además de creer en la salvación del alma humana y en la condenación eterna creen en la edición y en el 4 de Agosto.No es el lugar más oportuno para hacer una descripción pormenorizada de las actividades que llevan a cabo desde Ediciones del 4 de Agosto (la editorial o alguno de sus miembros), pero sí es necesario advertir a aquel que se encuentre por primera vez ante este fenómeno literario que esas actividades tocan todos los puntos de la cultura literaria, es decir: edición (de fanzines y de los libros de las diferentes colecciones de la editorial), organización de eventos, activismo literario y unas cuantas cosas más que iremos desgranando conforme aparezcan en este texto sus protagonistas. Desde el año 1995 la Asociación Cultural sin ánimo de lucro Planeta Clandestino ha ido configurando toda una red humana y de infraestructuras que les ha permitido hacer de todo esto una realidad, convirtiéndose en la primera fuente de actividad cultural en La Rioja y en uno de los primeros colectivos culturales (literarios) de España.Algo que sí debe señalarse antes de introducirnos en el “universo planetario” es el hecho de que el concepto colectivo pueda ser analizado como una suma de las aportaciones individuales o bien como un núcleo (motor) desde el que los individuos den rienda suelta a su creatividad. Si se me permite un símil futbolístico, todos los poetas ocupan su lugar o demarcación haciendo así más completa la dimensión del propio colectivo, algo que se desdeña a priori por lo que la poesía tiene de acto individual pero que, en realidad, resulta complementario ya que todo se vertebra desde un único proyecto que presenta, eso sí, diferentes ramificaciones y apuestas de todo tipo.
Pero, adentrándonos ya en el libro que tenemos delante, son muchos los matices que deben tenerse en cuenta a la hora de acercarse a una antología como esta o, en realidad, quizá todo eso sea posterior a la lectura del libro y sea mucho más higiénico acercarse a la misma libre de prejuicios, sin buscar una justificación para su edición o la siempre polémica decisión de quién entra o no en uno de estos libros colectivos. Ni qué decir tiene que toda antología que crezca con la vitola de aglutinar a una determinada generación en crecimiento, como esta, está en una evidente posición desfavorable ante la posibilidad del nacimiento de autores que irrumpan en la escena poética de forma repentina y no hayan sido catalogados o bien aquellos que no pertenezcan al círculo de quien sea el encargado de hacer la selección. Pero esta no es una antología que permita estas posibilidades pues se trata de un libro de grupo, una fotografía poética que muestra a siete poetas jóvenes que comparten una serie de principios y que cuentan con un elemento común fundamental: el mismo espacio, Logroño. Como digo el libro recoge una muestra de la poesía de estos siete estupendos poetas que deja la cuestión de su edad y de su espacio compartido en meras anécdotas anexas a la verdadera y única razón de su presencia aquí, su poesía. Es común en los últimos tiempos confundir las etiquetas y sus usos (aunque esta es una cuestión que seguramente debe ser tratada en un estudio estrictamente teórico) pero es preciso aquí resaltar que la poesía cada vez que se delimita de algún modo se limita, es decir, hace menor su marco de referencia y por lo tanto disminuye el sentido de la misma, porque la poesía es poesía sea cual sea la edad de quien la escriba y es poesía sea cual sea su lugar de origen. La poesía no es joven ni vieja, es poesía, y el hecho de que los autores que aquí aparecen sean jóvenes no hace otra cosa que servir al lector para entender algunos de sus referentes o la manera de entender el mundo de los mismos, pero nunca su poesía podrá estar al servicio de su edad. No hace menos importantes los errores que se puedan apreciar en la poesía de estos autores el hecho de que sean jóvenes, la poesía sigue siendo el campo de expresión luego no admitirá este tipo de catalogación, quizá sí nos permita enunciar que se trata de un libro colectivo de poesía en la que los autores son todos jóvenes, a manera de enunciación generacional (que lo es, probablemente la más importante que ha nacido en La Rioja en mucho tiempo, aunque para ahondar más en esta cuestión existe un monográfico sobre “Literatura Joven en La Rioja” con la participación de diferentes estudiosos en el número 8 de Portales, Revista Literaria, Ayuntamiento de Logroño, 2007) pero nunca vinculada a la naturaleza propia de los textos. La poesía joven no existe, existe la buena y la no tan buena poesía (la mala, por desgracia, se extiende a pasos agigantados), existen los autores jóvenes y viejos y menos jóvenes y menos viejos que hacen poesía, y si esta cuestión modifica, como digo, en algo el resultado final debe tratarse siempre como un elemento periférico y no como un aspecto fundamental en la creación poética. El autor joven que publica un libro “compite” (o desea hacerlo) en igualdad de condiciones con el resto de autores en las librerías del país y, por lo tanto, su edad no debe ser determinante en dicha competencia (terribles palabras estas, pero no podemos ponernos una venda en los ojos al pensar que los libros no compiten entre sí en las librerías, en las listas de ventas y, finalmente, en las cada vez más reducidas bibliotecas personales marcadas por la ausencia de espacio en los cada vez más diminutos domicilios). No obstante el peso generacional que arrastra el libro sí debe tenerse en cuenta pues no es habitual esta ebullición poética aunque en los últimos tiempos sí hayan aparecido colectivos que escriben, editan y promueven encuentros literarios más o menos acertados, eso sí.Este bloque generacional podría resumirse en los siguientes nombres: Antonio Alfaro, Carmen Beltrán, Enrique Cabezón, José Luis Pérez Pastor, Sonia San Román, Iñigo San Sebastián, Odón Serón (los siete poetas presentes en esta antología), Lucas Rodríguez Luis (acaso el más importante de los poetas que han quedado fuera de la misma; su ausencia se justifica desde el hecho de que lleva bastantes años residiendo en Madrid y participando en proyectos que allí se desarrollan o realizando los suyos como el caso de la editorial que ha creado, denominada Libros del Satélite. Además es autor de los poemarios Samsara, editado, precisamente, por Ediciones del 4 de Agosto, Narciso en Sodoma, en la zaragozana Eclipsados, la plaquette Casi sin ganas en Ediciones del 4 de Agosto de nuevo y Sueños de síntesis en la editorial canaria Ediciones del Baile del Sol), Iván Mendoza, Nerea Ferrez (una de las últimas voces en aparecer; nacida en 1988, ya ha aparecido en una antología editada en Zaragoza de autoras jóvenes inéditas, titulada Parque de atracciones y editada por Libros del imperdible y Milyunaediciones en 2008), José Ignacio Hurtado, Óscar Garrido, Mireia Alonso y otros autores que han hecho su aparición a través de las actividades promovidas por la “gente” de 4 de agosto como el festival “agosto clandestino”, las reuniones del Aula Literaria, etc. (y algunas presencias fundamentales que han permitido que esto se lleve a cabo, como la de Piedad Valverde, una de las técnicas del Área de Juventud del Ayuntamiento de Logroño).Si hablamos de las influencias poéticas del grupo no nos queda más remedio que enumerar casi en su totalidad la nómina de autores foráneos (no riojanos) que ha publicado la Editorial 4 de Agosto en sus “cuadernitos” de la colección Planeta Clandestino. Entre ellos destacan las voces siempre poderosas y que dejan huella de Eva Vaz (que ha influenciado mucho a las representantes femeninas que aparecen en esta antología), David Pielfort (que desde el humor alcanza parámetros poéticos nada desdeñables), Pablo Casares (y su cotidianidad poetizada), Enrique Falcón (que publicó El amor, la ira, toda una poética llena de matices y aristas que ponen en tela de juicio algunos comportamientos en los círculos literarios), Sergi Puertas, Antonio Orihuela, Luis Antonio de Villena, Vicente Muñoz Álvarez, Chusé Raúl Usón, Isabel Bono, Luis Felipe Comendador, Elena Medel, Roger Wolfe, José Luis Puerto, y una lista que se completa y se hace casi interminable (y que crece cada día por los libros que acaban de llegar y por los que llegarán). Sería absurdo tratar de encontrar en qué momento de sus poemas existe esta o esa influencia, un verso modificado o un homenaje más o menos velado, pero sí resulta interesante darle valor a la presencia de estos autores entre las lecturas habituales de los jóvenes poetas riojanos. Gracias a 4 de Agosto, al Aula Literaria y a otras actividades que han generado, han conocido y compartido momentos con todos estos autores, los han leído y, finalmente, han filtrado sus poéticas hasta hacerlas suyas, de alguna manera. Los jóvenes poetas riojanos han conocido a sus poetas de cabecera y han entrado en ellos como pocos autores jóvenes saben hacerlo, y aunque este hecho no condiciona, o no debe hacerlo, en nada la creación posterior sí nos permite entender algunas posturas poéticas, algunas elecciones estéticas y algunos prestamos que el lector avezado disfrutará al descubrirlos.La poesía es como la vida, decíamos, y la convivencia enriquece».

Fragmento de El sueño después del sueño: La poesía en el Planeta Clandestino de Ignacio Escuín Borao, prólogo de Planetario, siete poetas desde el Planeta Clandestino (Ediciones del 4 de Agosto, 2008)