miércoles, 24 de diciembre de 2008

La batalla por Stalingrado - William Craig

El soldado Abraham Spitkovski vio llegar a los prisioneros tan pronto cesó el bombardeo. Levantándose de su zanja de tirador cuando los “hurras” de sus camaradas anunciaron que se lanzaban a la carga, se precipitó a través de la nieve hacia centenares de figuras negras que se dirigían hacia él con los brazos levantados por encima de la cabeza. Acá y allá, a su lado, los soldados rusos disparaban a ciegas contra las rotas filas. Cuando Spitkovski pensó en las semanas y meses de andar de acá para allá, de arrastrarse entre cadáveres, y de ir cargado de piojos, también él levantó su metralleta y disparó largas ráfagas contra aquellas columnas.

Al detenerse Spitkovski para volver a cargar su metralleta, contempló las filas de hombres muertos y se quedó completamente impasible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué hijo de puta