“Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”
Jacques Lacan
“Lo más probable es que los defensores de la anarquía o del anarquismo sean partidarios de que no haya policía, pero no de que deba prescindirse de las normas del tráfico.”
Noam Chomsky
Una jornada forzosa de reflexión sin asistir a las asambleas de la plaza del Mercado (¿no es una gran ironía?) facilita valorar lo que está sucediendo allí, para lo bueno y para lo malo. Especialmente para ser consciente de lo positivo, de lo importante del hecho en sí, de lo que está sucediendo, lo que nos está sucediendo y, también, lo que nos estamos y están sucediendo.
Porque vivíamos muy dormidos, muy desesperanzados y con un terrible recetario de certezas: “somos solamente lo que hagan de nosotros, y quienes hacen de nosotros no hacen ni harán por y para nosotros, ni nosotros sabemos hacer ya por nosotros mismos”. Parecía que todos lo teníamos claro, tanto como que dejarse llevar por un río sin la mínima corriente era el único destino. Un destino cierto, pues la falta de corriente no lleva nunca a lugar alguno. Es como la cama de hospital del ser que ya agoniza.
Y todavía no hemos ido a lugar alguno, ni creo (ni espero) que lleguemos nunca a destino (entonces qué, llegado ese momento), pero, porque no, posiblemente caminemos. Todavía no hay objetivos claros definidos [me atrevería sugerir recuperar las bases de la democracia directa, plasmarlas en 5 puntos claros, y helos ahí, los ansiados objetivos, sin eslogan ni mitológicos nombres que asusten a nuestros desentrenados y recién desperezados oídos; la foto era la que vimos en el marco y era cierta, recuerden….¿por qué forzar el retorno?] pero, espero, la ansiedad de perseguirlos no nos hará tropezar de nuevo contra el aislamiento, la separación, la debilidad.
Hoy me acuesto con la sensación de que unas 2.000 personas en Logroño (es poco, pero un mundo, y un mundo escaso ya es bastante) han decidido organizarse de forma asamblearia y absolutamente horizontal [“deslices” aparte, aunque convenientemente remarcables], y se entregan en mente y acto a compartir su duda, a enajenar las certezas y buscar, por cualquier medio, la forma de sacudírselas de encima para siempre. O por un tiempo, al menos.
No sé si este fenómeno tendrá algo que ver con el paso del postmodernismo al transmodernismo (si el postmodernismo y su todo vale, su banal vivir el día a día mientras haya dinero en la tarjeta Visa, se estará acabando de repente), ni qué depararía un impredecible paso adelante. Sólo 2.000 entre 150.000, una miseria, algo mínimo, una auténtica tontería, pero algo irrenunciable y que parece nuestro. Disfrutemos mientras dure, y que deje poso.
2 comentarios:
Cada día que pasa alguien más decide vivir su vida acorde a lo que hay y no a lo que desea. Este es el camino que nos transforma, y no precisamentea a todos en lo mismo, eso es lo bueno. Da miedo, pero ese miedo es reconfortante, la sensación de que estás vivo. Ala a darle al huerto pandilla vagooos!!! ;)
Si es que ni aquí te dejan tranquilo... :) Veremos que nos depara el camino del conocimiento, el camino de la huertica!
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