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miércoles, 18 de febrero de 2009

Sarah Kirsch



Vida de gato

Pero los poetas aman a los gatos
Los incontrolables mansos
libres que la lluvia de noviembre
en sillones de seda o en andrajos
duermen sueñan mudos
responden se estremecen y siguen
viviendo detrás de la valla de los
cazadores cuando los vecinos obsesionados
todavía anotan matrículas de coches
El vigilante en sus cuatro paredes
dejó tras de sí ha tiempo las fronteras.

Katzenleben

Aber die Dichter lieben die Katzen
Die nicht kontrollierbaren sanften
Freien die den Novemberregen
Auf seidenen Sesseln oder im Lumpen
Verschlafen verträumen stumm
Antwort geben sich schütteln und
Weiterleben hinter dem Jägerzaun
Wenn die besessenen Nachbarn
Immer noch Autonummern notieren
Der Überwachte in seinen vier Wänden
Längst die Grenzen hinter sich ließ.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Navidad. Fernando Pessoa

Me adelanto a las fechas, como los grandes almacenes.


NAVIDAD

Un Dios ha nacido. Otros mueren. La realidad
Que no ha venido ni se ha ido: un cambio de Error.
Tenemos ahora otra Eternidad,
Y siempre lo pasado fué mejor.
Ciega, la ciencia trabaja en el inútil suelo
Loca, la Fé vive el sueño de su culto.
Un nuevo Dios es una palabra -o un nuevo sonido
No busques ni tampoco creas: todo está oculto.

martes, 21 de agosto de 2007

Saudade

Bueno, mis relaciones con Portugal se van estrechando ainda mais.

Por fin he cruzado hacia el sur de la frontera ingenieril que marcaba Marinha Grande en mi conocimiento del país vecino. Un país tan parecido al nuestro como totalmente diferente... curioso y fascinante: sus conductores irritantes a la par que ilimitadamente suicidas, su constante decadencia nostálgica que continuamente se revela como sólo aparente, su gusto/pasión por lo artístico en general (poesía incluida)...

Anduvimos por Lisboa y su área (Sintra, las playas de Estoril y Cascais...) y aunque alguna cosa se quedó en el tintero (el claustro de los Jerónimos en Belem, el Barrio Alto...) para tener cuatro días no estuvo nada mal. Candidata clara a mi listado interminable de ciudades de peregrinaje.

La foto no es propia sino del google, pero ya vendrán.

Y para darle sentido a este blog no correspondido, un poema del inevitable Pessoa, pero no uno de los clásicos.
En una de mis múltiples visitas a Oliveira de Azemeis y ejerciendo de freak man, compré el primer fascículo de una colección de libros de poesía del s.XX portugués. Era "Mensagem", libro que, para colmo, sólo he leído en esa versión (...).

Viene al pelo.

Mar Português

Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!

Valeu a pena? Tudo vale a pena
Se a alma nao é pequena.
Quem quer passar além do Bojador
Tem que passar além da dor.
Deus ao mar o perigo e o abismo deu,
Mas nele é que espelhou o céu.

martes, 19 de junio de 2007

Cesare Pavese






Un gran título.

Cesare Pavese (Cuneo, 1908 - Turín, 1950) apareció por aquí de la mano del título de un poema de Luis Felipe Comendador. Ahora aparece por sí mismo, con el poema que dio título a su primer poemario.
http://www.eurielec.etsit.upm.es/~zenzei/index.php?numero=5&tipo=literatura&arch=4cesare










TRABAJAR CANSA




Los dos, tendidos sobre la hierba, vestidos, se miran
a la cara
entre los tallos delgados: la mujer le muerde los
cabellos
y después muerde la hierba. Entre la hierba, sonríe
turbada.
Coge el hombre su mano delgada y la muerde
y se apoya en su cuerpo. Ella le echa, haciéndole dar
tumbos.
La mitad de aquel prado queda, así, enmarañada.
La muchacha, sentada, se acicala el peinado
y no mira al compañero, tendido, con los ojos
abiertos.

Los dos, ante una mesita, se miran a la cara
por la tarde y los transeúntes no cesan de pasar.
De vez en cuando, les distrae un color más alegre.
De vez en cuando, él piensa en el inútil día
de descanso, dilapidado en acosar a esa mujer
que es feliz al estar a su vera y mirarle a los ojos.
Si con su piel le toca la pierna, bien sabe
que mutuamente se envían miradas de sorpresa
y una sonrisa, y que la mujer es feliz. Otras mujeres
que pasan
no le miran el rostro, pero esta noche por lo menos
se desnudarán con un hombre. O es que acaso las
mujeres
sólo aman a quien malgasta su tiempo por nada.

Se han perseguido todo el día y la mujer tiene aún las
mejillas
enrojecidas por el sol. En su corazón le guarda
gratitud.
Ella recuerda un besazo rabioso intercambiado en un
bosque,
interrumpido por un rumor de pasos, y que todavía
le quema.
Estrecha consigo el verde ramillete -recogido de la
roca
de una cueva- de hermoso adianto y envuelve al
compañero
con una mirada embelesada. Él mira fijamente la
maraña
de tallos negruzcos entre el verde tembloroso
y vuelve a asaltarle el deseo de otra maraña
-presentida en el regazo del vestido claro-
y la mujer no lo advierte. Ni siquiera la violencia
le sirve, porque la muchacha, que le ama, contiene
cada asalto con un beso y le coge las manos.

Pero esta noche, una vez la haya dejado, sabe dónde
irá:
volverá a casa, atolondrado y derrengado,
pero saboreará por lo menos en el cuerpo saciado
la dulzura del sueño sobre el lecho desierto.
Solamente -y esta será su venganza- se imaginará
que aquel cuerpo de mujer que hará suyo
será, lujurioso y sin pudor alguno, el de ella.

martes, 29 de mayo de 2007

Bertolt Brecht war Gott!

Brecht era dios pero también murió y nos dejó un poco ateos a todos. Bueno, a todos no, pero a muchos por lo menos (aunque no hubiéramos nacido todavía cuando ya murió, que sobra decir que eso no importa, vale?). Esta es toda la biografía que voy a incluir de este señor, porque si no se le conoce, bien merece el interés de que lo busquéis vosotros solitos. Eso y que me quiero ahorrar ese tiempo.

Prometo trabajar más las entradas a partir de la semana que viene, mayo amenazaba locura y lo está cumpliendo; sepa la audiencia perdonarme.

Vaya una muestra (a mi parecer breve, clara, concisa y contundente) de lo grande que era este germano pese a ser germano.

Ich benötige keinen Grabstein, aber
Wenn ihr einen für mich benötigt
Wünschte ich, es stünde darauf:
Er hat Vorschläge gemacht. Wir
Haben sie angenommen.
Durch eine solche Inschrift wären
Wir alle geehrt.

No necesito lápida, pero
Si vosotros necesitáis ponerme una,
Desearía que en ella se leyera:
Hizo propuestas. Nosotros
Las aceptamos.
Una inscripción así
Nos honraría a todos.

martes, 15 de mayo de 2007

Gunnar Ekelöf

Aquí estoy de nuevo. Sé que me echabais de menos como a un ruido escasamente molesto que, olvidado, suena de fondo y de repente desaparece. Es decir, más bien poco.

Suena en este instante el primer disco de DUT. Grandes.

Pero vamos a la entrada, perteneciente al grupo "Poetas de países donde hablan raro" (segunda entrega). Toca un sueco. Apovecho para lanzar al aire una de esas dudas que siempre he mantenido: ¿Por qué (casi) todo lo que viene de Suecia es tan bueno? Da comienzo así la serie "Hail to Sweden!!!", que para evitar lagunas imperdonables, se prolongará sin periodicidad asignada, permitiendo entradas ajenas a sí misma de forma intercalada. ¿A que no parece que me esté inventando la serie sobre la marcha? Pues sí.


Gunnar Ekelöf (Estocolmo, 15 de septiembre de 1907 - Sigtuna, 16 de marzo de 1968)

Poeta sueco considerado el más importante del país en el s. XX. También es destacado por su labor como traductor, sobre todo de poesía francesa, en especial, Mallarmé, Baudelaire, Desnos.

Siguió cursos en la Escuela de Estudios Orientales de Londres y en la Universidad de Uppsala. En 1932 publicó “Tarde en la tierra”, escrito en París y que, parece ser, fue recibido por la crítica sueca con ironía, para acabar por convertirse en uno de los textos fundamentales del s. XX para la poesía de aquel país [la crítica literaria tiene estos rigores...].

Escribe después “Canción de transbordador” (1941), “Non serviam” (1945), “En otoño” (1951), “Banalidades” (1955), “Opus incertum” (1959), “Elegía de Mölna” (1960), “Una noche en Otocac” (1961), “Una noche junto al horizonte” (1930-1962) y la que se considera su obra maestra, la trilogía “Diván del príncipe de Emgión” (1965).

Miembro de la Academia Sueca desde el año 1958 hasta su muerte. Recibió, por su contribución literaria de alto nivel, el título de doctor honoris causa de la Universidad de Uppsala, también en el año 1958.
Las fuentes de inspiración más notorias en la obra de Ekelöf son Rimbaud, Edith Södergran y T.S. Eliot.
Uno lee, en traducción de Francisco J. Úriz (otro grande), la antología “Non Serviam”.

Del poemario “En otoño”:

LA PRUEBA DEL AGUA

Entonces me dije:
Los únicos poetas que me interesan
son los que llevan cuidadosamente
con manos nerviosas
un cuenco lleno de sangre
en el que ha caído una gota de leche
o un cuenco lleno de leche
en el que ha caído una gota de sangre…
Ahora ya he visto, ahora quiero ver
el firme asimiento de un cuenco lleno hasta los bordes
de agua de manantial


domingo, 6 de mayo de 2007

Erich Fried


Erich Fried (Viena, 1921 - Baden Baden, 1988) es considerado tanto en Austria como en la propia Alemania, uno de los autores más importantes del siglo XX en lengua germánica, pese a que la mayor parte de su vida la pasó en Inglaterra (a donde se fue exiliado a los 17 años, tras el asesinato de su padre por parte de la Gestapo). Quienes gusten de Brecht tienen aquí a un autor muy parecido, quizá menos irónico y efectista, pero igualmente recomendable.

Aber vielleicht

Meine großen Worte
werden mich nicht vor dem Tod schützen
und meine kleine Worte
werden mich nicht vor dem Tod schützen
überhaupt kein Word
und auch nicht das Schweigen zwischen
den großen und kleinen Worten
wird mich vor dem Tod schützen

Aber vielleicht
werden einige
von diesen Worten
und vielleicht
besonders die kleineren
oder auch nur das Schweigen
zwischen den Worten
einige vor dem Tod schützen
wenn ich tot bin.

Pero quizá

Mis grandes palabras
no me protegerán de la muerte
y mis pequeñas palabras
no me protegerán de la muerte
ninguna palabra
y tampoco el silencio entre
las palabras grandes y pequeñas
me protegerá de la muerte

Pero quizá
algunas
de estas palabras
y quizá
sobre todo las pequeñas
o sencillamente el silencio
entre las palabras
protegerán a algunos de la muerte
cuando yo esté muerto